jueves, 8 de septiembre de 2011

El otro Origen de la Filosofia: Sus Manifestaciones en cada Ser Humano


La filosofía no es, solamente, algo que les sucede a los otros hombres, a los que se dedican a la filosofía o a quienes la estudian.
La filosofía no es, solamente, algo que se registra en la historia del pensamiento y de las relaciones humanas.
Cuando aludimos a la filosofía nos encontramos con un panorama diferente al de las ciencias: sucede algo similar al tratar la problemática religiosa. Difícilmente encontremos un ser humano que no este intima y sinceramente interesado en cuestiones religiosas: defenderá su fe, ara propaganda de lo que cree, criticara las otras religiones, pondrá en duda algunas verdades o creencias, acusara a los ministros de los diversos cultos, denunciara fraudes o engaños, se declarara creyente, agnóstico o ateo... pero no podrá permanecer indiferente. Y todo esto ¿por que?
Porque la cuestión religiosa es algo que nos compete, algo que tiene que ver, no tanto con lo que hacemos, sino con lo que somos: con nuestro origen, con nuestro destino, con nuestra fragilidad y nuestras inseguridades... y no podemos escapar a tales planteos.
La filosofía tienen una orientación que bien puede acercarla al estilo de la religión… pero sus numerosas coincidencias no nos deben hacer olvidar las necesarias distinciones que en su momento enumeramos.
Las cuestiones filosóficas son cuestiones que nos “asaltan” a todos, problemáticas que nos sacuden y nos despiertan.
Lógicamente no estamos hablando de los rasgos característicos de la filosofía ejercida por los profesionales, con un lenguaje y una metodología que no todos los hombres pueden llegar a conocer y a dominar…
Hablamos de algunos problemas, de ciertos temas que también son estudiados por la filosofía y que florecen en cada hombre, por ser tal.
¿Cómo podríamos denominar esa primitiva práctica filosófica? A-critica o, también, pre-conceptual: porque no tiene el rigor del pensamiento critico ni la vigencia de los conceptos depurados: “calan” muy hondo en nuestra naturaleza humana, pero su forma de interrogar y de responder es vaga e imprecisa.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La Respuesta de TALES

¿Cuál es el fundamento de toda realidad toda? ¿Qué son las cosas?
El principio, según Tales.
¿Cuál es el fondo inagotable del cual todo procede y al cual todo retorna?
Y Tales responde con una respuesta que puede parecer extraña: EL ‘AGUA’.
Todo procede del agua, el principio o fundamento de todas las cosas es el agua.
TALES tiene el merito de formularse la pregunta y de ensayar una respuesta que no tienen la forma ni el contenido del MITO. La búsqueda del fundamento lo conduce a algo que tiene que estar ‘en las cosas mismas’, en la misma realidad, algo de los q todos reciben el ser y a lo que irremediablemente regresan. Para TALES ese elemento primordial, ese primer principio, es el AGUA.
La realidad había estado ahí, ante los ojos de los hombres, durante cientos de siglos: contemplada, temida, cantada, poblada de seres míticos y de fantasías, ingobernable, lejana. Fueron los griegos los primeros que supieron VERLA con una nueva mirada, los primeros en ‘admirarse’, sentirse perplejos, formularse interrogantes… y comenzar a RESPONDER.
Pero en filosofía los interrogantes deben continuar: ¿Por qué justamente el AGUA como principio o fundamento?
No poseemos ninguna explicación que el propio TALES haya dado de su afirmación. Fueron los filósofos posteriores –los que recogieron y legaron algunos de sus fragmentos- los que aportaron sus propias explicaciones:
  1. la tierra, el ámbito de lo humano, es el limite de ‘las aguas’, pero a su vez esta flotando sobre el agua, en forma de disco. El agua es el ‘sostén’ de todo lo que nos rodea. Tales pudo sufrir las influencias de concepciones CALDEAS y SEMITAS que afirmaban que la tierra era plana y sobre ella existía una bóveda celeste, lugar de las ‘aguas superiores’ y sede de los astros, mientras que, debajo, están las ‘aguas inferiores’. Si el AGUA  sostenía todo’ contemplado’ ¿Por qué o afirmar que el AGUA es el principio y el fundamento?
  2. La observación de lo húmedo en general muestra que en el se generan los fenómenos fundamentales de la vida (nacimiento, fecundación, semillas, etc.): de la humedad, de AGUA, han surgido todas las cosas, a ella deben su ser.
  3. El ciclo meteorológico (= mar, agua, evaporación, lluvia, río, mar; o nieve, agua, vapor, agua, nieve, etc.) es un paradigma del movimiento de la realidad, desde su nacimiento hasta su destrucción.
La respuesta de tales puede parecer simple o una ingenua. Ero un filosofo contemporáneo observa que su respuesta, que en el fondo no se aleja mucho de las teorías mas modernas acerca de la constitución de la materia, según las cuales el átomo mas elemental, y en ese sentido base de todos los demás, es el átomo de HIDROGENO, el cual constituye las dos terceras parte del agua.
Es importante destacar empero dos elementos esenciales:
  1. la afirmación de tales –por primera vez en la historia- esta despojad de elementos míticos o fantásticos: el AGUA no es un DIOS, es un elemento que logra UNIR toda la realidad. TODO, a pesar de la multiplicidad, se reduce a una cosa, un solo principio: EL AGUA.
  2. Aunque el agua es un elemento ‘material’, debe tomársela como una sustancia primordial, como algo fundamentalmente animado o animante, algo dotado de VIDA y a la vez capaz de otorgarla.
Este es el primer paso de la filosofía: este es su origen y su punto de partida.
El paso del mito a la filosofía implica el paso de un saber a otro tipo de saber que progresivamente se va diferenciando, sin que ninguno de ellos pierda su valor (relativo) como formas diversas del conocer:


Saber Vulgar
Saber Científico 

Saber Filosófico
Espontáneo. Sin esfuerzo.
Sin intencionalidad.
Adquirido. Dominado
Por el esfuerzo y la
Intencionalidad.


Saber sin respuesta.

Relativo. Socialmente compartido. Sentido común: común denominador de conocimientos, valores, costumbre Propios de una sociedad.
Fundamentado. necesidad
De pruebas.






Critica universal, radical, sin fronteras.
Subjetivo: teñido de factores emocionales y extrasensoriales.
Objetivo: describe y explica las causas y las consecuencias de los fenómenos.


Objetivo: trata de llegar a los fundamentos, más allá de los fenómenos.
A-sistemático:
  • No ordenado
  • A-metódico
  • Contradictorio
  • Múltiple
  • improvisado
Sistemático: coherente, ordenado y articulado lógicamente. Metódico. Planificado. Sin contradicciones.





Formula siempre los mismos problemas con respuestas nuevas.
Abarca a la totalidad de los hombres y de la vida de los hombres.
Propio de los iniciados en la ciencia o en las ciencias. Vigente solo en ciertos momentos de la vida.


Totalidad de los entes y el ser de los entes.
Verdad: opinión, parecer, acuerdo.
Critico: requiere análisis, examen y valoración. Esta dominado por exigencia teórica.


Admite los límites de la razón aunque trata de llegar a la prehencion de los objetos.
Ingenuo: domina una necesidad practica (instrumental).

Inquieto, no reposa en ninguna respuesta definitiva.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Tales de Mileto

Tales de MILETO.
El primer pensamiento filosófico aparece en la MAGNA GRECIA asiatica, en JONIA. probablemente habian escapado mejor que  la Grecia metropolitana a la sacudida de las invasiones dóricas: su papel de colonizadores les habian dado 'bienestar economico', activa vida comercial y una capacidad tecnica y practica en la que las manos abrian camino a la teoria; proximos al oriente tuvieron un acceso directo a los saberes orientales: astronomia, magia y matematica. Mileto fue la floreciente capital de JONIA (centro de comercio maritimo) y en ella surgen las tres primeras respuestas de la FILOSOFIA.



   TALES DE MILETO =   630 al 545 a.C.
   ANAXIMANDRO    =   610 al 545 a.C.
   ANAXIMENES        =   585 al 528 a.C.
TALES de MILETO, fue sin duda el primero que expreso sus ideas en terminos LOGICOS y no MITOLOGICOS.
TALES  era mercader: habia viajado a Egipto y alli aprendio algo de la matematica egipcia y de la astronomia caldea. los caldeos habian llegado a un considerableconocimiento de la conducta de los fenomenos celestes. eran pueblos practicos y utilizaban la astronomia para tan importante como la regulacion del calendario, deseaban conocer lo que sucederia proximamente y suponian que las estrellas se lo contarian (astrologia). habian alcanzado excelentes resultados en la aritmetica comercial, asi como los egipcios lo habian hecho en la geometria practica (geometria = 'medida de la tierra').
los egipcios constituian un pueblo inteligente: habian medido la pendiente del Nilo sobre una extesion de 1100 kilometros con un error de solo unos pocos centimetros; y habian descubierto (y utilizaron), la solucion del teorema segun el cual, en un triangulo rectangulo, el cuadrado de la hpotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos.
los griegos no habian logrado nada comparable a esto: su pensamiento habia permanecido aferrado a los problemas morales, religiosos y sociales. la especulacion sobre el universo fisico habia preferido e interrogante acerca de como habia llegado a la existencia, antes de preguntarse como marchaba.
¿que sabemos de TALES?
a) habia aprendido bastante de astronomia como para predecir que en el año 585 el sol sufriria un eclipse total.
b) aplico sus concimientos de geometria a problemas de medicion de la distancia de un buque en el mar.
c) contribuyo al progreso del arte de la navegacion (estudio de las estrellas).
d) perfecciono el calendario (estudio de los solsticios)
e) era un hombre practico, pues se interesaba en la politica y llego a sugerir una LIGA POLITICA para reunir las desordenadas cuidades jonicas.
f) es distituida la formulacion de algunos teorenas geometricos basicos.

Max Scheler


Max Scheler (1874-1928), filósofo social y religioso alemán, inspirador de la teoría de los valores, cuyo trabajo reflejaba la influencia de la fenomenología de su compatriota Edmund Husserl. Nacido en Munich, Scheler enseñó en las universidades de Jena, Munich, y Colonia.
En La naturaleza de la simpatía (1913), Scheler aplicó el método de Husserl de la descripción fenomenológica detallada a las emociones sociales que relacionan a los seres humanos unos con otros, especialmente el amor y el odio. Partiendo del concepto husserliano de reducción fenomenolífica, Scheler distinguió las esencias de lo intangible, lo que llevó a la afirmación de la independencia de los valores eternos e inmortales. A este libro le siguió su obra más famosa El formalismo en la ética y teoría material de los valores (1913), un estudio en dos volúmenes de ética en el que criticaba el enfoque ético formal del filósofo alemán Immanuel Kant y lo sustituía por un estudio de los valores específicos como se presentan de un modo directo a la conciencia.
Después de su conversión al catolicismo en 1920, Scheler escribió De lo eterno en el hombre (1921) para justificar su conversión —fue llamado el Nietzsche católico—, seguido por un importante estudio de la sociología del conocimiento, Die Wissensformen und die Gesellschaft (Formas de conocimiento y sociedad, 1926). Más tarde rechazó el catolicismo y desarrolló una filosofía, basada en la ciencia, en la que todo conocimiento abstracto y valores religiosos son considerados sublimaciones de los instintos básicos humanos, que expone en su último libro, El puesto del hombre en el cosmos (1928).


Heidegger y Scheler


Los aportes del filósofo que nos ocupa son novedosos en relación con las tres concepciones analizadas, pero distantes de una obra o tratado excepcional y señero de 1927, "Ser y Tiempode Martin Heidegger, quien valoraba a Scheler de modo particular. Para el que sabe o puede leer entre líneas en la antropología de Scheler ya se preanuncian, aunque de modo tangencial y muy ciertamente lejano, temas heideggerianos; y pareja cosa cabe decir, en sentido análogo y contrapuesto, para "Ser y tiempo".
Si en la obra de Scheler el hombre está caracterizado por su "condición espiritual de persona -que en modo alguno es cosa o sustancia- vinculada con un mundo objetivado", en la de Heidegger se iniciará un periplo metafísico -aun con la recusación misma del autor, de esta palabra- en torno del ser del hombre, que se caracterizará por ser una estructura de "ser-en-el-mundo" (in-der-Welt-sein), en la que el hombre y el mundo son dos componentes no separables. Dasein será aquí el nombre de la existencia. Y el da como partícula o prefijo, adverbio alemán equivalente a nuestro "allí" o "aquí", aludirá al sitio en que el ser en tanto tal y en su totalidad -por ello la traducción más difundida del vocablo en español es "ser-ahí"(Dasein) -, se abre o patentiza al hombre y sólo al hombre en un vínculo inextricable e inescindible.
El hombre es comprensión. Y comprensión es la manera de dar sentido a todas las cosas y a los otros existentes. Lo que las cosas y los otros son lo deben a la "comprensión". Esta comprensión puede ser pre-ontológica cuando opera inconscientemente, y ontológica cuando es el resultado consciente de una búsqueda. Esta comprensión traza un "horizonte" específicamente humano, de cada existente, dentro del cual las cosas tienen para el hombre un sentido. El conjunto de cosas que están abarcadas por el "horizonte" de la comprensión, es el mundo. De acuerdo con lo dicho, el mundo no es un gran recipiente cósmico donde se hallarían colocados los distintos 
Mundo en Heidegger es siempre un mundo de sentido. Conjunto de sentido determinado por una cierta "comprensión". El hombre se caracteriza por ser esencialmente aperturaNo está cerrado como las cosas. El hombre puede tener intimidad consigo mismo, y puede vincularse o comprender a las cosas. De ambos elementos están desprovistas las cosas ya mencionadas. En Carta sobre el humanismo se tocan estas cuestiones de manera más explícita que en el §10 de "Ser y tiempo".
En esta obra y en este parágrafo, se deslinda la "existencia" humana de toda antropología, psicología y biología, pero no se verbaliza como en la carta, el "sitio" del ser que el existir es. En la carta el hombre en tanto existencia es considerado como "pastor del ser". Y también como lugar en donde mora el lenguaje, mediante el cual el ser adviene y se revela, de modo especial, en pensadores y poetas.
Dicho en fórmula sucinta: el núcleo esencial del hombre es la patentización del ser y el alojamiento del lenguaje, que lo revela. Sirva esta interpolación para confrontar dos posiciones que luego han de gravitar en todo el siglo XX.

El problema en la idea del hombre (Max Scheler)

Si se pregunta a un europeo culto lo que piensa al oír la palabra hombre, casi siempre empezarán a rivalizar en su cabeza tres círculos de ideas, totalmente inconciliables entre sí. Primero, el círculo de ideas de la tradición judeo­cristiana: Adán y Eva, la creación, el Paraíso, la caída. Segundo, el círculo de ideas de la antigüedad clásica; aquí la conciencia que el hombre tiene de sí mismo se elevó por primera vez en el mundo a un concepto de su posición singular mediante la tesis de que el hombre es hombre porque posee “razón”, logos, fronesis, ratio, mens, etc., donde logos significa tanto la palabra como la facultad de apresar el “qué” de todas las cosas. Con esta concepción se enlaza estrechamente la doctrina de que el universo entero tiene por fondo una “razón” sobrehumana, de la cual participa el hombre y sólo el hombre entre todos los seres. El tercer círculo de ideas es el círculo de las ideas forjadas por la ciencia moderna de la naturaleza y por la Psicología genética y que se han hecho tradicionales tam­bién hace mucho tiempo; según estas ideas, el hombre se­ría un producto final y muy tardío de la evolución del planeta Tierra, un ser que sólo se distinguiría de sus pre­cursores en el reino animal por el grado de complicación con que se combinarían en él energía y facultades que en sí ya existen en la naturaleza infrahumana. Esos tres círculos de ideas carecen entre sí de toda unidad. Posee­mos, pues, una antropología científica, otra filosófica y otra teológica, que no se preocupan una de otra. Pero no poseemos una idea unitaria del hombre. Por otra parte, la multitud siempre creciente de ciencias especiales que se ocupan del hombre, ocultan la esencia de éste mucho más de lo que la iluminan, por valiosas que sean. Si se consi­dera, además, que los tres citados círculos de ideas tradi­cionales están hoy fuertemente quebrantados, y de un modo muy especial la solución darwinista al problema del ori­gen del hombre, cabe decir que en ninguna época de la historia ha resultado el hombre tan problemático para sí mismo como en la actualidad. Por eso me he propuesto el ensayo de una nueva antropología filosófica sobre la más amplia base. En lo que sigue quisiera dilucidar tan sólo algunos puntos concernientes a la esencia del hombre, en su relación con el animal y con la planta, y al singular puesto metafísico del hombre —apuntando una pequeña parte de los resultados a que he llegado.

Ya el término y el concepto de hombre encierran una pérfida anfibología, sin aclarar la cual ni siquiera se pue­de acometer la cuestión del singular puesto del hombre. La palabra hombre indica en primer lugar los caracteres morfológicos distintivos que posee el hombre como sub­grupo de los vertebrados y de los mamíferos. Es claro que —cualquiera que sea el resultado que ofrezca este modo de formar el concepto de hombre— el ser vivo llamado hombre, no sólo está subordinado al concepto de animal, sino constituye también una provincia relativamente muy pequeña del reino animal. Así continúa siendo el caso, aun cuando, con Linneo, llamemos al hombre el “ápice de la serie de los vertebrados mamíferos” —lo que, por lo demás, es muy discutible objetiva y conceptualmente—; pues también este ápice, como todo ápice de una cosa, sigue perteneciendo a la cosa de que es ápice. Mas pres­cindiendo por completo de semejante concepto, que junta en la unidad del hombre la marcha erecta, la transforma­ción de la columna vertebral, el equilibrio del cráneo, el potente desarrollo cerebral del hombre y las transforma­ciones orgánicas que la marcha erecta tuvo por consecuen­cia (como la mano de pulgar oponible, el retroceso de la mandíbula y de los dientes, etc.), la misma palabra “hom­bre” designa en el lenguaje corriente y en todos los pue­blos cultos, algo tan totalmente distinto, que apenas se encontrará otra voz del lenguaje humano en que se dé aná­loga anfibología. La palabra hombre designa, en efecto, asimismo un conjunto de cosas que se oponen del modo más riguroso al concepto de “animal en general” y, por lo tanto, también a todos los mamíferos y vertebrados y a éstos, en el mismo sentido que, por ejemplo, al infusorio Stentor, aunque no es discutible que el ser vivo llamado hombre es, desde el punto de vista morfológico, fisiológico y psicológico, incomparablemente más parecido a un chim­pancé que el hombre y el chimpancé a un infusorio. Es claro que este segundo concepto del hombre ha de tener un sentido y un origen completamente distintos del pri­mero, que designa sólo un rincón muy pequeño de la rama de los vertebrados. Llamaré a este segundo concepto el concepto esencial del hombre, en oposición a aquel primer concepto sistemático natural. El tema de nuestra confe­rencia es: si ese segundo concepto, que concede al hom­bre como tal un puesto singular, incomparable con el pues­to que ocupan las demás especies vivas, tiene alguna base legítima.